martes, 29 de noviembre de 2011

MODA FEMENINA 1900-1910






En los años la moda ha sido de gran cambio vemos que todo trancurre de tiempo cada tiempo tiene su moda y su forma de ver las cosas asi que el  tiempo ah mejoralizado , todo y ahora se ve que la presentacion lo es todo y es algo que te define como  persona y nivel de posicion ante la sociedad....mas adelante veremos mas años y su transcurso  y el cambio que hubo en esas epocas.....¡¡¡¡

En 1930
1930 fue una década de guerra y eso perjudicó a la moda. El 'look' se militarizó y los tejidos se volvieron pobres. Debido a esto las chicas se vestían con uniforme de ciudad, es decir, trajes de chaqueta. El largo se elevaba por debajo de las rodillas popularizando los pantys, aunque fueron escasos. Usaban los zapatos topolino, de corcho y los gorritos diminutos que eran muy sencillos o simplemente pañuelos a la cabeza.

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En 1930 el modelo a seguir fueron las actrices como Greta Garbo y Marlene Dietrich, mujeres de hombros anchos y caderas delicadas, altas y delgadas. En este período el punto erótico cambió desde las piernas hasta la espalda, la que era resaltada por destacados escotes y que provocaba mas de una pasión en el ámbito masculino. En este momento la mujer estaba envuelta en un halo de encanto, sensualidad y misterio. Los hombres perecían frente a esta belleza madura de movimientos felinos y mirada dormida y la mujer sacaba provecho de su cuerpo y no lo ocultaba por prejuicios moralistas.










la moda en 1910

La moda a repercutido a lo largo del tiempo por que tras  el avance todo cambia a un nivel mejorado.
Nada combina tanto con los deseos de diversión femenina como un look de vampiresa. Las mujeres fatales de boca roja, cabellos cortísimos y ojos pintados con sombras oscuras, bailaron charlestón y jazz hasta el amanecer.





El 25 de Octubre de 1929, el llamado Viernes Negro, el colapso de la bolsa puso punto y final a los dorados años veinte. De repente el dinero perdió su valor y en consecuencia los pobres se hundieron más en su miseria y muchas personas acomodadas perdieron su patrimonio de la noche a la mañana. Era el fin de una época...


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Para “Ellas”, la moda llegaba de París; para “Ellos”, de Londres. Así, las mujeres cambiaron el miriñaque por el polisón (conjunto de ballenas que formaban un hueco bajo el vestido) y, después, por el “traje sastre”, entallado y abotonado por adelante. Luego vino la tortura del corsé, hasta que, hacia 1910, la bailarina Isadora Duncan impuso la moda de los trajes sueltos y el cuerpo libre. Para el Centenario, los señores usaban cuello y puños postizos, blancos y duros, saco entallado, chaleco de cinco botones, corbata angosta y corta, guantes, bastón de caña y sombrero.
La ropa se convirtió en un elemento comunicador de pertenencia social. Para satisfacer esta necesidad salió al mercado una variedad de productos que las grandes tiendas ofrecían al gran público.
El corsé no sólo permitía lucir una cintura de avispa, sino que garantizaba la integridad moral. Como señala Susana Saulquin: “Para ciertas señoras delgadas, el corpiño de seda puede reemplazar al corsé, lo mismo para viajar como para sostener el cuerpo bajo el vestido de baño en el mar. No es higiénico bañarse con un corsé”. Después de 1910, la moda e la vida al aire libre y los deportes archivaron el corsé. Las mujeres pudieron respirar en paz.
Los figurines, insertos en las revistas femeninas, ayudaban a acercar los gustos de la clase alta al resto de la gente.
Las academias de corte y confección proliferaron en los barrios para que, moldes en mano, cualquier mujer pudiera ejercer en casa (y luego lucir en la calle) “el arte de la alta costura”.
Los modelos ofrecidos por las tiendas cubrían las diversas necesidades de la vida de las elites; había modelos para señores, mayordomos, lacayos, damas y hasta señoras ciclistas.
Los catálogos de ropa de las grandes tiendas incorporaron el diseño de las revistas femeninas para disimular su simple condición comercial. Algunas publicaciones de Harrod’s incluían relatos y cuentos.

 
 
El corsé no sólo permitía lucir una cintura de avispa, sino que garantizaba la integridad moral. Como señala Susana Saulquin: “Para ciertas señoras delgadas, el corpiño de seda puede reemplazar al corsé, lo mismo para viajar como para sostener el cuerpo bajo el vestido de baño en el mar. No es higiénico bañarse con un corsé”. Después de 1910, la moda e la vida al aire libre y los deportes archivaron el corsé. Las mujeres pudieron respirar en paz.
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lunes, 28 de noviembre de 2011

¿de donde viene la moda?






La moda que llegó de París

 Se conoce como la “gran renuncia” el cambio que tuvo la manera de vestir de las mujeres a finales del siglo XVIII en Europa, cuando concluía el auge de la moda establecida en la corte de Luis XIV, en la que el ensanche de los vestidos en las caderas, conocido como verdugado o corpiño emballenado, era determinante en la silueta de las cortesanas. Éste se lograba gracias a una estructura metálica o de madera que abultaba notablemente el vestido e incrementaba la relación entre el grosor de la cadera y la medida de la cintura. Este artilugio ‘enloqueció’, literalmente, a los hombres. Sin embargo, durante la Revolución Francesa dejó de usarse, pues se constituyó en símbolo de los desmanes de la sociedad cortesana.